miércoles, 31 de mayo de 2017

BRASIL: Hackers roban datos de base informática de la empresa Odebrecht

SAO PAULO.- Unos hackers accedieron a uno de los servidores del grupo Odebrecht y robaron direcciones de correos electrónicos registrados en su base de datos, en un ataque del que todavía se desconoce su alcance total, informó hoy la compañía.
“Odebrecht confirma que uno de sus servidores fue invadido por hackers, que tuvieron acceso a los correos electrónicos de una de las listas de su base de datos”, señaló la empresa en un comunicado.
El grupo retiró de la línea el servidor “para someterlo a los debidos ajustes de seguridad y determinar el alcance de la invasión”.
La empresa “repudia acciones violentas y delictivas como esa y tomará las medidas pertinentes”, agregó en la nota.
 Según la estatal Agencia Brasil, los hackers enviaron la información robada al portal Tecmundo, especializado en tecnología, que afirmó haber recibido “correos electrónicos, contraseñas y detalles de la base de datos” de Odebrecht.
El ataque se produce un día antes de que la Fiscalía brasileña entregue a ocho países de Latinoamérica las pruebas sobre sobornos pagados por la constructora, que admitió su implicación en la trama corrupta destapada en la petrolera estatal Petrobras.
El escándalo ha llevado a prisión a directivos de la estatal y numerosos políticos brasileños y adquirió dimensión internacional con casos similares descubiertos en varios países de Latinoamérica y África, cuyas autoridades investigan el pago de sobornos de parte de Odebrecht.
Según los testimonios de 77 antiguos ejecutivos divulgados el pasado abril en el marco del acuerdo de colaboración judicial, Odebrecht pagó 3.370 millones de dólares en sobornos entre 2006 y 2014.
Además de pedir disculpas públicamente, Odebrecht ha firmado acuerdos por los que se comprometió a pagar multas millonarias a los Gobiernos de Estados Unidos, Brasil, República Dominicana y Suiza para compensar los actos ilícitos por los que se le investiga.
Odebrecht trabaja actualmente para firmar acuerdos de ese tipo con otros países de Latinoamérica.

martes, 30 de mayo de 2017

Ada Lovelace, informática y poesía en el siglo XIX


La vida de Ada Lovelace (1815-1852) no puede entenderse sin la pasión por las matemáticas y la poesía. Por ello la Fundación Telefónica acoge la exposición Ada Lovelace. La encantadora de números, que estará abierta al público hasta el 20 de octubre. Una muestra con la que la fundación pretende dar visibilidad a personajes relacionados con el mundo de las telecomunicaciones, que es uno de sus objetivos.
Inteligente, valiente, mujer adelantada a su tiempo y amante de la poesía. Hija única de Lord Byron y Annabella Milbanke. quien abandonó al poeta romántico al año de casarse por su afición "a la buena vida". Ada recibió una estricta e inusual formación para una mujer de su tiempo: griego, historia, latín, francés, matemáticas, música y alemán. Una sólida educación centrada en materias alejadas de la irracionalidad, la metáfora, el epíteto y el hipérbaton. Todo ello con el fin de apartar de ella cualquier atisbo de veleidad poética, proveniente de la vía paterna.
Muy pronto comenzó a destacar en ciencias, campo en el que su madre también se desenvolvía con gran soltura. Pues Lord Byron llamaba a Annabella "mi princesa de los paralelogramos", debido a sus conocimientos científicos. A los 12 años dejó atrás a sus profesores y mentores, incluso a su madre.
Pero Ada nunca dejó ir esa vía imaginaria e intrépida. Durante su adolescencia, la joven se obsesionó con volar. Esa inquietud dio sus frutos en forma de tratado: investigó la anatomía de los pájaros y diseccionó algunos de ellos, realizó cálculos matemáticos e incluso llegó a analizar materiales como papel y alambre para construir plumas.
Con 18 años conoció a Charles Babbage en una de sus fiestas, quién ostentaba la Cátedra Lucasiana de Matemáticas de la Universidad de Cambridge. Reyes Esparcia, comisaria de la exposición lo define como "el gran encuentro de su vida. Dos mentes que se vieron y supieron que estaba hechas la una para la otra". Inmediatamente comenzaron una amistad profunda e intelectual, donde el intercambio de ideas era frecuente. Este inventor tenía la idea de crear la Máquina Analítica, pensada para hacer cualquier cálculo matemático y, además, imprimirlo.

Reproducción del fragmento de la Máquina Analítica de Charles Babbage

Ada recibió el encargo de traducir al inglés el único documento acerca de este invento, un artículo denominado Esquema de la Máquina Analítica. No sólo lo tradujo sino que añadió una serie de notas y explicaciones anexas, donde exponía el algoritmo que demostraba cómo podía utilizarse la máquina para computar una secuencia de números complejos. Con ello creaba el primer programa de ordenador de la historia.
Ada siempre fue una mujer adelantada a su tiempo. Acerca del nuevo artilugio llegó a decir: "esta máquina podría hacer todo lo que quisiéramos si supiésemos como ordenárselo", anticipando así el proceso de programación.

Materiales expuestos

Debido a la escasez de objetos y materiales pertenecientes a la propia Ada, para realizar esta exposición la Fundación Telefónica ha colaborado con cinco museos, que le han prestado los objetos originales del siglo XIX, época en la que ella vivió.
Así, encontramos piezas que ejemplifican la vida de una mujer de la alta sociedad como polveras, carnets de baile, joyeros y demás objetos de tocador prestados por el Museo del Romanticismo. Durante su vida, Ada tuvo una gran actividad epistolar y en la exposición se muestra una lámpara, una escribanía y varios lápices.
También los referidos a temas médicos: frascos de láudano y belladona, un fonendo, pastilleros, lanceta y la equipación de sangría, cedida por el Museo de Medicina Infanta Margarita y por el de Farmacia Hispana.
De su relación con las ciencias y la informática destacan los bocetos de algoritmos y operaciones matemáticas y la reproducción del fragmento de la Máquina Analítica, proporcionados por el Museu de la Ciència i la Tècnica de Catalunya y Heinz Nixdorf MuseumsForum, de Paderborn (Alemania).